Lectura

30/04/2020

Para Diego Andres Gonzalez Fonseca

Un taita de la Amazonia colombiana propuso dar una conferencia en Europa. La Bibliothèque Nationale anuncio su visita en Paris. La BNF le recibía en virtud de los intercambios culturales de las Naciones Unidas, sobre las cuales basaban su colección anual. La conferencia se titulaba Les plantes sacrées "selvatiques" et la médecine traditionnelle indigène, une plongée vers l'infini. Las plantas sagradas selváticas y la medicina tradicional indígena, una inmersión hacia el infinito.

El secretario de prensa, el encargado de comunicación y el director habían ideado un intercambio grandioso a pesar de la total incomprensión en torno al tema. La conferencia comenzó y el Taita acompañado de su Maima y de su traductor sonreía transmitiendo paz y consuelo. El director confiado respondía al gesto del chaman desde las primeras filas del público. Desenredando, fue observado tomar la diadema que ceñía la frente y la cabeza. La retiró de su frente como una cuerda de funambulista y pronunció una palabra que podríamos comprender como: Co-re-wua-hé.

Las últimas filas del público observaban al Taita comunicarse con su tejido con palabras inaudibles, luego dirigir su mirada y su atención entera a el hilo multicolor. Vistiendo su frente, tomó los dos extremos de la cinta que formaban un zócalo con la columna de la entrada de la sala de conferencia si alguien hubiese penetrado el recinto en ese instante.

El Taita se quedo inmóvil hasta el final de la conferencia. Estos hechos hicieron eco y los periódicos, revistas e internet debatieron, "Minimalismo espiritual o charlatanismo cínico", "ofensa al publico europeo" publico francés que por un juego de plumas se convirtió enseguida en europeo y muchos otros discursos de menos interés que visitaban la critica de lo conocido.

Una persona sabia del publico tuvo la precaución de tomar un video acercándose a la dicha cuerda Co-re-wua-hé; el video captaba los movimientos del cordel, no dejaba de pestañear. Las pequeñas vibraciones no podían ser percibidas por el ojo humano. Mostrando el video en las redes sociales, fue conocida y apreciada. El discurso de los medios de comunicación cambió como es costumbre en la contingencia de la información y de la realidad, pero el Taita ya había regresado.

Cuando volvió a Colombia, la comunidad le interrogó con respecto a su Co-re-wua-hé. El Taita dijo: Yo estoy completamente dedicado a la tierra, los humanos tienen su libre albedrío y lo respeto en todas mis profundidades, honro todos mis laberintos. El Taita sonrió, él había visto cada uno de los movimientos de los pensamientos en la sala de conferencia. Él había entendido el discernimiento de la escena y juzgando que no era necesario adjuntar ninguna otra información, termino diciendo: Pai pai suma suma. 

 beatrizhelenaninobonett@gmail.com
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